Cuando armamos el set fotográfico en el laboratorio, donde podemos controlar la puesta en escena y los valores de exposición en la cámara, tenemos que tomar algunos recaudos para maximizar la nitidez en las fotografías. Anteriormente mencionamos algunos “Aspectos a tener en cuenta durante el registro fotográfico“, en los que describíamos las diferencias obtenidas experimentando con el color del fondo de objeto fotografiado, la sensibilidad y la iluminación. También explicamos allí una manera sencilla de armar una caja difusora de luz, a bajo costo y fácilmente transportable. En este post queremos mencionar algunos aspectos complementarios.
En pocas palabras, la profundidad de campo es la zona de nitidez en una fotografía, que se distribuye aproximadamente un tercio por delante y dos tercios por detrás del punto de enfoque, y resulta de la combinación de la apertura del diafragma, la distancia focal y el foco.
- Apertura del diafragma (o nº F): es un mecanismo para regular cuánta luz ingresa al sensor a través de la lente. Los valores tradicionales de las cámaras analógicas solían ser 1.4, 2, 4, 8, 11, 16, 22. A cada uno de estos valores se les llama nº F, cuanto mayor ese número menor es la apertura del diafragma que filtra los haces de luz, como consecuencia mejor la nitidez. Las cámaras digitales suelen tener una escala distinta, con más puntos intermedios.
- Distancia focal: es la distancia a la cual convergen los haces de luz en un objetivo (lo que coloquialmente llamamos lente), indicado en mm. Los objetivos pueden ser de distancia focal fija (angular, normal, tele) o de distancia focal variable (zoom). Por ejemplo, en una cámara analógica, los haces de luz que ingresan en un objetivo normal convergen a 50 mm.
- Foco: es la distancia al plano en el que deseamos obtener nitidez en una fotografía, por ejemplo la distancia entre la cámara y el objeto que queremos destacar dentro del encuadre. Para distinguir encuadre de enfoque recordemos que encuadrar es definir la zona incluida dentro de la toma mientras que enfocar es establecer la distancia a la zona nítida.
Cada uno de estos elementos influye en la profundidad de campo, por lo que al controlarlos de manera coordinada podemos obtener mejores resultados. No siempre podremos controlar la distancia focal, ya que nos toca trabajar con el lente que tenemos, pero sí podemos controlar la apertura del diafragma y la distancia. En pocas palabras, cuanto más alto el nº F, mayor la distancia al elemento fotografiado (foco) la profundidad de campo será mayor y la zona nítida será más amplia. Los lentes macro, que permiten hacer tomas muy cercanas a objetos pequeños, o tomas detalles en objetos de cualquier tamaño, son limitados ya que la distancia es mínima y se utiliza el diafragma muy abierto. Por eso, una estrategia podría ser elegir un F alto (mayor a 8), alejar un poco la cámara y si es necesario aumentar un poco el zoom para ver si mejora la calidad de la imagen.
¿Por qué es importante tener en cuenta estos aspectos?
Porque el tiempo es valioso. La profundidad de campo es un recurso útil para mejorar las probabilidades de que el software encargado de obtener nubes de puntos pueda reconocer el mismo punto en las diferentes fotos. Tomando estos recomendaciones, la fotografía lograda será más nítida y tendrá más información útil, evitando el trabajo de sacar la misma foto variando el enfoque. Además, el sofware no puede discriminar qué parte de la foto debe procesar y cuál ignorar (excepto aquellos que permiten enmascarar), por lo que el tiempo de procesamiento será el mismo para una foto nítida que para una foto no nítida.
Otro factores que influyen en la calidad de la fotografía.
Dado que mencionamos el nº F como un factor que influye en la calidad de la toma, sería bueno agregar otros factores que se ven afectados por la variación en la apertura del diafragma. Una exposición correcta se compone de una combinación de factores cuyos valores son interdependientes: sensibilidad, tiempo de exposición, apertura de diafragma. La sensibilidad se estima en valores ISO como 50-100-200-400-800-1600-3200, donde un ISO mayor es más sensible pero el registro es menos fino. Aquí realmente son útiles las metáforas de grano grueso y grano fino, ya que un ISO bajo tiene menor ruido. El tiempo de exposición, también llamado velocidad de obturación, es el que determina la cantidad de tiempo que el sensor recibirá luz, valga la redundancia, en valores que pueden ser fracciones de segundo hasta varios segundos. Al elegir un tiempo corto estoy limitando la exposición por lo que para un correcta exposición deberé abrir más el diafragma o aumentar el ISO, mientras que un tiempo más prolongado permite mantener un nº F alto y un ISO bajo, mejorando la nitidez. Sin embargo, es necesario tener en cuenta que el aumento en el tiempo de exposición hace imprescindible el uso de un trípode.
Estos tres factores regulan la luz que ingresa al sensor y podemos controlarlos desde los ajustes la cámara. Otro factor que restringe la luz es la distancia. Como vemos, cada decisión que tomamos influye en la toma, por ello es necesario tener en cuenta cómo impacta cada factor en el producto que deseamos obtener para decidir a cuál debemos darle prioridad y qué recaudos prever.
Aquí se puede ver ejemplos de la variación en cada uno de los factores mencionados.
En esta página se puede recurrir a una calculadora de profundidad de campo.
* Este post fue escrito luego de intercambiar experiencias con una colega quien deseaba mejorar las tomas fotográficas.